¿Representación auténtica o seguimos con la polarización ideológica?
Durante los últimos años, diversas políticas impulsadas por el gobierno anterior han generado controversia en nuestra provincia. Si bien es importante reconocer los esfuerzos por promover la diversidad y la inclusión, es necesario reflexionar sobre cómo estas medidas se han percibido y recibido en nuestra realidad cotidiana.
Una de las críticas recurrentes es la percepción de imposición de una identidad cultural progresista proveniente de ciertos sectores de clase media de la ciudad de Buenos Aires. Esta narrativa, alejada de nuestra cotidianidad, ha generado tensiones y descontento en muchos sectores de la sociedad.
Se ha argumentado que ciertos valores y principios, como la meritocracia, el deseo de ascenso de la clase media y la gestión eficiente del Estado, han sido asociados exclusivamente con la derecha. Esta polarización ideológica ha generado divisiones y ha dejado de lado la posibilidad de un diálogo constructivo y de una búsqueda de consensos.
Porque ni la agenda de seguridad es de derecha, ni la honestidad y la transparencia son de derecha, ni las religiones son de derecha. Son valores de las personas. La mayoría necesita ser cuidada y protegida, quiere no se dilapide los dineros del estado y desea practicar libremente cualquiera de los cultos y religiones.
La gestión de la ex Secretaría de Estado de las Mujeres, Géneros y Diversidad ha sido un ejemplo de esta polarización. En lugar de representar a la mayoría de las mujeres, se ha confirmado que priorizaba los intereses de una minoría radicalizada, generando descontento (aún dentro de los feminismos). Una buena política que en la teoría consistía en brindar una mejora significativa para la vida de las mujeres, se convirtió en una superestructura burocrática que funcionaba como caja y no se logró la autosuficiencia económica para muchas de ellas, víctimas de violencia por razones de género.
Es importante reflexionar sobre el papel de la política en la representación de las mayorías y el respeto a las minorías. ¿El gobierno anterior realmente logró representar a todos los sectores de la sociedad o solo atendió los intereses de ciertos grupos? O, en otras palabras: el gobierno Provincial, en su anterior gestión, en vez de representar a las mayorías y respetar a las minorías, se convirtió en un gobierno que representó a las minorías y ¿toleró a las mayorías?
Esta pregunta es fundamental en un contexto político marcado por la polarización y la falta de dialogo y trabajo por los consensos.
Es necesario abandonar las narrativas simplistas y trabajar en la construcción de una sociedad realmente más inclusiva y equitativa. Esto implica escuchar y comprender las diversas perspectivas y experiencias de todos los sectores, promoviendo el diálogo y la colaboración en la búsqueda de soluciones que beneficien a la mayoría real.
En última instancia, es responsabilidad de todos los actores políticos y de la sociedad en su conjunto trabajar juntos para construir un país más justo y democrático, donde se respeten los derechos adquiridos y las diferencias de cada individuo.
Habrá que ver si la ciudadanía y el humor social siguen convencidos de la necesidad del cambio y que no sea un espejismo, como sucedió antes y la casta sobreviva, mientras la clase media desaparezca en este nuevo Darwinismo Económico.-
gabriel_editor
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