CLARO ENFRENTAMIENTO DEL GOBIERNO ARGENTINO CONTRA LA ONU.-
Hace casi dos meses, el Presidente de Argentina, Javier Milei, compareció por primera vez ante la Asamblea General de Naciones Unidas. En su alocución, el Mandatario no se guardó nada y acusó a la organización de imponer «una agenda ideológica» a sus miembros, adelantando que la relación con el organismo con sede en Nueva York no sería de lo más cordial. Y así al menos ha quedado claro en los últimos días. Esta semana, Argentina ha protagonizado tres hechos que evidencian este quiebre con la ONU. Primero, fue el único país entre los 176 presentes que votó en contra de una resolución sobre los derechos de los pueblos indígenas. La iniciativa contó con 168 votos a favor -entre ellos EE.UU. e Israel, dos de los países con los que Milei busca alinearse- y siete abstenciones: Francia, Laos, Lituania, Mali, Rumania, Bulgaria y Eslovaquia.
El jueves, Argentina volvió a hacer noticia tras ser el único país en votar en contra de una resolución «en apoyo a la intensificación de los esfuerzos para prevenir y eliminar todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas”. Ciento setenta países votaron a favor y 13 se abstuvieron: Bielorrusia, Burundi, Corea del Norte, Irán, Libia, Mali, Nicaragua, Níger, Nigeria, Rusia, Senegal y Siria. La medida, que cuenta con las rúbricas de Alemania, Italia, Ucrania, España, Chile y Uruguay, entre otros países, establece el compromiso a «eliminar todas las formas de violencia contra todas las mujeres y las niñas en los ámbitos público y privado, incluidas la violencia sexual y por razón de género, la trata y la explotación sexual y otros tipos de explotación». A esto se suma lo ocurrido el miércoles, cuando Argentina decidió retirar su delegación que estaba participando en la cumbre del clima COP29 en Azerbaiyán, instancia impulsada y patrocinada precisamente por la ONU. Esto marca un quiebre con la histórica política exterior del país vecino, que durante décadas ha sido una de las principales voces de Latinoamérica en foros medioambientales, según precisa AFP. Estos episodios han generado bastante repercusión en Argentina. Sin ir más lejos, el PRO cuestionó lo ocurrido y aseguró que el país «vota en soledad, contra el resto de la humanidad».
El jefe de gabinete Guillermo Francos, tuvo que salir al paso de las críticas: «Yo creo que la posición de la Argentina tiene que ver con desinstalar una agenda que ha sido utilizada principalmente con fines políticos internos y que ha generado situaciones absolutamente desiguales en el tratamiento de los temas de los pueblos originarios, etc. Ha generado conflictos, apropiaciones indebidas de tierras, etc. Lo hemos visto en el sur de nuestro país muchas veces… Son temas de enorme sensibilidad que tienen que tratarse desideologizados y no como se vienen tratando hasta ahora», afirmó en diálogo con El Destape. Consultado por si Argentina quedó como un «país extravagante» por su rechazo a las resoluciones de esta semanas, Francos recalcó que «si el Presidente considera que esta agenda internacional no corresponde a lo que piensa que es la libertad, actúa en consecuencia. No es extravagante. Estar en una posición, con algún voto separado del resto, a mí no me parece extravagante. Me parece establecer una posición con firmeza y fundamentos».
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