Ayer en  la Embajada Venezolana en Buenos Aires,  se concentraron   exilados Venezolanos  para ver el resultado de la elección. Fue una concentración pacífica, no se ocupó ninguna calle, siempre sobre la vereda.

Pero lvis Amoroso, el titular del CNE, leía los resultados obtenidos por la Justicia venezolana, la cara de los venezolanos congregados en la embajada de ese país se tornaba en llanto y frustración tras una nueva ilusión desmoronada de torcer el rumbo del país que desde hace 25 años es gobernado por el chavismo.

Mientras algunos aceptaron el resultado con resignación, pero de manera pacífica, otros manifestaron su enojo arrojando objetos contundentes y golpeando las vallas que custodiaban la sede diplomática, mientras efectivos policiales intentan contener a las decenas de manifestantes venezolanos.

Una mujer de 36 años tuvo una crisis nerviosa y debió ser asistida, al igual que un hombre que fue asistido por una herida menor.

No pasó a mayores, fue la consecuencia de la frustración  de estos latinoamericanos que ven a su patria secuestrada por el comunismo.