El peronismo atraviesa un momento crítico no solo por la denuncia de Fabiola Yañez contra el ex presidente Alberto Fernández, sino también por la reciente aparición en la escena política de Fernando Espinoza, intendente de La Matanza, quien se encuentra imputado por un delito de abuso sexual.

Espinoza, procesado por presuntamente abusar de su secretaria privada, ha generado una creciente preocupación dentro del partido, especialmente en un contexto donde el peronismo busca distanciarse de figuras comprometidas con escándalos. La situación se agrava con la proximidad de un posible juicio oral, lo que añade tensión en las filas del partido, ya afectado por las acusaciones contra Fernández.

La cumbre peronista en La Rioja, destinada a marcar un rumbo claro para el futuro del partido, se ha visto ensombrecida por estos escándalos. Aunque algunos líderes han intentado evitar una confrontación directa con Espinoza, la presión desde las bases y otros dirigentes para que se tomen medidas drásticas es cada vez más palpable. Esta situación no solo afecta la cohesión interna del partido, sino que también podría tener repercusiones en la percepción pública del peronismo en un año electoral.

En este contexto, la presencia de Espinoza en la reunión partidaria representa un obstáculo para las aspiraciones de algunos líderes que buscan renovarse y alejarse de los problemas judiciales que afectan a ciertos miembros del partido.