Tres personas, todos hombres, murieron al recibir disparos en la cabeza, y otras tres resultaron heridas en una confrontación entre policías militares y traficantes durante una operación en el Complejo de Israel, en Río de Janeiro.

Ya hemos informado sobre el Complejo de Israel en Río de Janeiro, que prácticamente es una zona liberada para los narcos. También informamos sobre el amedrentamiento de los narcotraficantes a las comunidades católicas y a los cultos afrobrasileños de Río de Janeiro ha ido creciendo. El acoso a los católicos, con restricciones a las misas y a la actividad de las iglesias en puntos claves en este Complejo prácticamente dominado por los narcotraficantes.

La operación bloqueó durante cerca de dos horas la avenida Brasil, una de las principales vías de la ciudad, e impactó la circulación de trenes y líneas de autobús en la mañana de del jueves 24 de Octubre.

Más de 10.000 autos varados, durante dos horas, buses llenos de gente agachada en el piso, por la cantidad de balas disparadas.

El gobernador de Rio de Janeiro, Cláudio Castro, ante el recrudecimiento de la violencia narco, se solidarizó con las víctimas y calificó el episodio como un acto de terrorismo. Pidió ayuda al presidente Lula y al mando del Senado y de la Cámara de Diputados para enfrentar los problemas de seguridad pública en el Estado.

Esta violencia que la dan las bandas de narcotraficantes no es nueva en América Latina, la tenemos en Ecuador un país que está signado por la violencia, en Colombia, en Brasil mismo y en nuestro país en Rosario.

Es fundamental ocuparse del tema narco, desmantelar estas bandas antes que la mismas a base del comercio de estupefacientes, las extorsiones, los secuestros y el sicariato se hagan poderosas. Las autoridades policiales, judiciales, penitenciarias deben actuar con firmeza para evitar males mayores.